viernes, junio 20, 2008

RECUERDO DEL CONDE HANS AXEL VON FERSEN

Septiembre 4, 1755-Junio 20, 1810
Justo 19 años después de la fallida Fuga de Varennes del Rey Luis XVI y la Familia Real de Francia, el Conde Axel von Fersen, figura importante de la epoca por variadas razones, a la edad de 54 años, tuvo una muerte espantosa: Murió a manos de la turbamulta azuzada, como siempre sucede, por sus enemigos debido al giro que le dieron a la muerte del Príncipe de la Corona Sueca, acusándo al Conde y a su hermana Sofia de ser cómplices.
Cuando el Conde von Fersen después de haber recibido el cadáver del Príncipe Carlos Augusto, y al presidir la marcha del funeral, fue agredido por la chusma lanzándole piedras a su carruaje al grito de ¡Asesino! Buscó refugio en una casa pero la turbamulta le dio alcance y lo golpeó brutalmente. Los guardias reales que se encontraban en la plaza intentaron protegerlo pero el oficial al mando les dio la orden de “Rifles al pie!”. Dos guardias voluntarios condujeron al Conde a la sala del tribunal y lo pusieron bajo arresto, pero la turbamulta se abrió paso y lo sacaron a rastras, le dieron de puntapiés y lo pisotearon. Todo esto duró más de una hora, en presencia de las tropas, a las que se le prohibió rescatarlo.
La causa de la muerte que se asentó en su acta de defunción fue: "quebradura de las costillas". Un marinero saltó sobre su cuerpo varias veces.
Siempre se ha querido manchar la amistad entre el Conde von Fersen y la Reina Maria Antonieta, y la gran admiración que él por ella sentía.
Pero ya sabemos el odio profundo que los cortesanos sentían por ella y los ataques que sin tregua le lanzaban día con día, y después cuando los aristócratas se aliaron con los burgueses para causar la salvajada llamada revolución, fue mucho más fácil, por medio de baratos y corruptos pasquineros, enlodar a la Reina.
Se ha dicho que von Fersen pudiera ser el padre biológico de Luis Carlos, pero, volviendo de nuevo a los cortesanos enemigos de ella, si uno solo, repetimos, uno solo, hubiera visto, ya no digo un acto carnal, si no una simple caricia, en el mismo instante la hubieran descubierto sin piedad alguna.
El poder y la corona son siempre objeto de codicia, envidia que despiertan más malos sentimientos y acciones en los ambiciosos, ya vimos que el Duque d’Orléans, primo del Rey, era uno de los más corrosivos enemigos, y hasta el mismo hermano del Rey, Luis Estanislao, futuro Luis XVIII, se expresaba mal de María Antonieta, recordemos que Luis Estanislao no tuvo hijos, de modo que es fácil deducir su amargura.
También participó en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, cuando Francia libró una guerra mundial con Inglaterra, y el Rey Luis XVI envió tropas al mando de sus mejores militares tanto del ejército como de la marina.
En septiembre, iniciaremos el recuento de la vida de este caballero que fue tan valiente y arrojado como galante, tan leal como inteligente, pero al parecer, en esos años, era por fuerza que triunfara la maldad.
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LA FUGA DE VARENNES : PRIMERA PARTE


Este hecho conocido como la “Fuga de Varennes” o "Noche de Varennes" es sólo uno, pero de los más importantes, de una serie de eventos que marcaron fatídicamente el destino de Francia, Europa, la civilización occidental y con mayor desgracia la vida del Rey Luis XVI y la Familia Real, fue considerado como necesario para contrarrestar el sanguinario e irracional movimiento “popular” azuzado por un grupo de ambiciosos y sobre todo salvaguardar la vida del propio Rey de su familia.-
El diputado del Tercer Etát, Honoré Riqueti, Conde de Mirabeau, que fue Masón, y que pugnaba por una Monarquía Constitucional había comentado que en vista de la irracionalidad de los acelerados (los aristócratas traidores, la burguesía y la chusma sacerdotal utilizando como siempre la ignorancia y la frustración del pueblo, al que ponen siempre por delante) consideraba que la Familia Real no podría sobrevivir si se quedaba en territorio Francés. Sin embargo, hay afirmaciones de que el mismo Mirabeau, un día antes de su muerte en 1791, había aconsejado al Rey de no hacerlo pues intuyó que ya se preparaba para hacerlo.
El Rey era para entonces prácticamente un prisionero en el Palacio de los Azulejos (Tullerías), pues el 6 de octubre de 1789 los acelerados conspiradores habían mandado al Palacio de Versalles, poniendo por delante, como cobardes que eran, a un grupo de mujeres para presionar al Rey, para que firmara los documentos que ellos querían, Luis XVI, quien había sido educado para amar y respetar a su pueblo, en lugar de reaccionar con violencia para imponer su autoridad como lo hubiera hecho otro cualquiera, después de reflexionar por largas horas, aceptó firmar, pero, él no sabía que le exigirían más pues para los Acelerados como buenos tramposos, eso era solo parte del plan, ya que de nuevo manipularon al grupo de mujeres para exigir la salida del Rey y su Familia del Palacio de Versalles hacia París, llamando al Rey, a la Reina y al Delfín Luis Carlos “El Panadero, la Panadera y El Migajitas de Pan” respectivamente y los llevaron hasta el Palacio de las Tullerías (Palacio de los Azulejos). Este hecho fue celebrado como símbolo de la fuerza de las mujeres del pueblo.
Además de los abusos cada vez más osados de las Acelerados, había una excesiva vigilancia para toda la Familia Real, al grado de que el Conde de Provence, Luis Estanislao, al que se le llamaba Monsieur, como era la tradición, al hermano inmediatamente menor del Rey, quiso viajar a Luxemburgo, no se lo permitió la turbamulta, en otra ocasión las Mesdames Tantes (las tías del Rey) fueron arrestadas en las puertas de París. Y la constante zozobra de sufrir ataques por parte de la canalla azuzada, a la hora que se les antojara, llenaba de enorme preocupación a la Familia Real. Llega el momento en que el Rey decide trasladarse a su casa de campo en St. Cloud para buscar una mayor protección, el 18 de abril de 1791.
Ese día, la salida del Rey y su familia trató de llevarse a cabo del modo más discreto posible y con el pretexto de asistir a la Misa del Domingo de Ramos, pero al salir del Palacio de los Azulejos, su carroza fue detenida por la guardia nacional, el Marqués de Lafayette, se vió imposibilitado a hacer algo ante lo cual el Rey le dijo “no le queda más que reconocer que nosotros ya no somos libres”.
El Rey, hombre respetuoso y honorable, iba de caída en caída, y por lo que vemos, todas muy bien calculadas por la caterva de acelerados. Era fácil deducir que no iba a parar eso jamás, hasta su muerte. Todo esto super calculado por el ambicioso multi-asesino Robespierre que tenía dominados a los títeres diputados y éstos a su vez, a su burrito de siempre, el que nunca les falla: el pueblo.
No le sirvió de nada a Luis XVI ir a la Asamblea a poner su queja por el insulto de no dejarlo salir a St. Cloud sino que le dieron otro golpe más: obligarlo a sancionar la Constitución Civil del Clero, convirtiendo a la Iglesia en constitucional y aparecer junto con la Reina en la Misa del Día de Pascua como consagrando al Clero Constitucional, esto último fue cancelado por la amenaza de asesinato a todos los miembros de la Familia Real por una turbamulta de modo que los obispos y sacerdotes disidentes de la Asamblea serían los que decidirían donde iba a vivir el Rey. ¡Esto es repugnante! Ahhhh, pero muchos lo calificaron y lo siguen calificando como “traidor”. No cabe duda de que el fanatismo acaba con la razón.
LA VISPERA
Narración atribuida a Madame Royale/Duquesa d'Angouleme.-
“Todo el día del 20 de junio de 1791, mi padre y mi madre parecían muy ocupados y bastante agitados pero no sabía yo la razón. Después de la cena, nos enviaron a mi hermano (Luis Carlos) y a mí a otro salón y se encerraron solos con mi tía (Madame Elisabeth). Ahí me enteré, cuando se la comunicaron a mi tía, su intención de escapar. A las cinco, mi madre nos llevó a mi hermano y a mí, con una Madame de Maillé, su dama de honor y Madame de Soucy, sub-institutriz, a Tívoli, la casa del Sr. Boutin, en el extremo de la Chaussée d’Antin.
Mientras íbamos caminando hacia allá, mi madre me acercó a su lado y me dijo que no me alarmara, pasara lo que pasara, que no estaríamos separados por mucho tiempo y que pronto nos reuniríamos. Mi mente estaba confundida, no comprendía lo que ella me quería decir – me besó y luego me dijo, que si esas damas me preguntaban por qué estaba yo agitada, que les dijera que ella me había dado una reprimenda pero que ya habíamos hecho las paces. A las siete, llegamos a la casa y me retiré a mi propio apartamento muy melancólicamente, pues estaba sorprendida y no comprendía lo que me había dicho mi madre.
Me encontraba sola: mi madre había arreglado que Madame de Mackau fuera al Convento de la Visitación, adonde iba seguido, y ella había enviado al campo a una persona joven que era mi asistente habitual. No tenía yo mucho rato cuando llegó mi madre, ella quería que yo despidiera del salón a todos, bajo el pretexto de estar indispuesta y que se quedara solo una mujer conmigo. Cuando mi madre llegó nos encontró solas a las dos y le dijo a esta mujer que deberíamos de salir al instante y nos dijo como proceder. Ella le dijo a Madame Brunier (ese era el nombre de la mujer que estaba conmigo) de que ella ciertamente quería que nos acompañara, pero que si no quería dejar a su esposo, podía quedarse. La mujer respondió inmediatamente y sin dudas,’que mi madre hacía muy bien en escapar, que ella ya había soportado tanta desgracia por tanto tiempo y que por su padre, ella estaba dispuesta a dejar a su esposo y seguir a mi madre adonde fuera’. Mi madre estaba muy conmovida por esta expresión de afecto; entonces ella bajó a sus habitaciones para recibir a Monsieur (Luis Estanislao, futuro Luis XVIII) y Madame (esposa de Louis Estanislao), que habían llegado como siempre a cenar con mi padre. Monsieur estaba al tanto del viaje planeado, cuando él llegó a la casa, se fue a la cama como siempre pero se levantó de inmediato y salió con Monsieur D’Avaray, un joven caballero que lo había acompañado atravesando todas sus dificultades en su viaje, y que todavía está con el.
En cuanto a Madame, ella no sabía ni una palabra del viaje, fue sólo cuando ella estaba ya acostada que Madame Gourbillon, que era su lectora, llegó y le dijo que era requerida por la Reina y Monsieur para ayudarla a escapar de Francia.
Monsieur y Madame se encontraron en un puesto en el camino; pero se cuidaron de hacer como que no se conocían y llegaron sanos y salvos a Bruselas.
A mi hermano (Luis Carlos) lo despertaron mi madre y Madame Tourzel, lo llevaron al apartamento de mi madre, adonde yo también fui, ahí encontramos a un solo guardaespaldas, llamado Monsieur de Malden, que nos iba a ayudar en la salida. Mi madre entró y salió varias veces para vernos. Vistieron a mi hermano como niña: se veía hermoso, pero tenía tanto sueño que no se podía tener en pie y no sabía nada de lo que pasaba. Le pregunté a él qué pensaba que íbamos a hacer nosotros, el respondió “Creo que vamos a representar alguna obra porque tenemos estos vestidos tan raros”.
A las diez media, cuando todos estuvimos listos, mi madre nos condujo, ella misma, hasta el carruaje en la mitad del patio, exponiéndose grandemente. Madame de Tourzel, mi hermano y yo subimos al carruaje, el Conde von Fersen, era el cochero. Para engañar a todo aquel que nos siguiera, transitamos por varias calles para regresar al Pequeño Carrousel, que está cerca de los Azulejos (Tullerías). Mi hermano iba profundamente dormido en el piso del carruaje, bajo las faldas de Madame de Tourzel. Vimos pasar a M. De Lafayette. Ahí nos quedamos esperando hasta las cuatro, ignorantes de lo que pasaba, ¡Nunca nos pareció el tiempo tan tedioso!
Madame de Tourzel viajaría con el nombre de la Baronesa de Korff: mi hermano y yo éramos sus hijas, Amelia (Luis Carlos) –dicen que cuando le dijeron su nombre de Amelie, Luis Carlos estalló en llanto porque no quería ser niña- y Aglaë, mi madre sería Madame Rocher, nuestra institutriz, mi tía una compañera llamada Rosalie, y mi padre sería nuestro valet de cámara, con el nombre de Durand.
Finalmente, después de esperar largo tiempo, ví a una mujer rondando el carruaje. Tuve miedo de que nos descubrieran pero sentí alivio cuando vi a nuestro cochero abrir la puerta y esa mujer era mi tía (Madame Elisabeth) ella había escapado sola con uno de sus asistentes. Al entrar al carruaje, tropezó con mi hermano que estaba acostado en el piso y él tuvo el valor de aguantarse el dolor y no llorar.
Mi tía nos dijo que todo estaba en silencio, y que mi padre y mi madre llegarían pronto. Mi padre, por supuesto, llegó casi enseguida y luego mi madre, con uno de los guardaespaldas que nos iba a acompañar.
Luego procedimos y llegamos a la barrera sin ninguna novedad, ahí se nos había preparado un carruaje de viaje pero el Conde von Fersen no sabía dónde estaba, de modo que nos vimos obligados a esperar mucho tiempo, y hasta mi padre tuvo que salir a buscarlo, lo que nos alarmó mucho, por fin el Conde von Fersen encontró el otro carruaje y entramos a él. El Sr. Fersen se despidió de mi padre y él tomó su vía de escape.
[Aquí hay otros recuentos de que el Conde Axel von Fersen quería continuar acompañándolos todo el camino pero fue el mismo Rey, quien le pidió (casi le exigió) a von Fersen dejarlos. Esto pudo haber contribuido a la cadena de fatales errores que hicieron fracasar este escape].
Los tres caballeros del cuerpo de guardaespaldas eran los señores de Malden, de Moustier y Valori: el último actuaba como correo, los otros dos como sirvientes, uno a caballo y el otro al frente del carruaje. También llevaban nombres falsos, el primero St. John, el segundo Melchior y el último, Francis. Las dos mujeres que esperaban y que habían salido mucho antes que nosotros, se nos reunieron en Bondy, en un pequeño carruaje y todos continuamos nuestro viaje, el alba comenzaba a despuntar...
Junio 20, 1791.
Durante la mañana no ocurrió nada fuera de lo normal excepto que aproximadamente a cien leguas de París, vimos a un hombre a caballo que parecía seguir el carruaje, en Etoges, pensamos que nos conocieron. A las cuatro pasamos por Chalons-sur-Marne, una ciudad grande, donde sí fuimos conocidos. Varias personas dieron las gracias a Dios por el placer de ver al Rey y expresaron su preocupación por su escape.
En el próximo puesto hacia Chalons, encontramos alguna caballería que escoltarían el carruaje hasta Montmedi pero cuando llegamos, no encontramos a nadie. Esperamos a que llegaran tropas hasta las ocho.
Al cerrar el día pasamos por Clermont, ahí, sí había tropas, pero el poblado estaba en un estado de conmoción, pues no permitían que la caballería marchara. Un oficial reconoció a mi padre y al acercarse al carruaje, le susurró que había sido traicionado. También aquí vimos al Sr. Charles de Damas, pero él no pudo hacer nada por nosotros.
Sin embargo, continuamos nuestro viaje, nadie llegaba y sin importar nuestra agitación y ansiedad, todos en el carruaje nos quedamos dormidos. Nos despertó una espantosa sacudida, y en el mismo momento llegaron a decirnos que no sabían qué había sido el correo que precedía el carruaje, por nuestro terror, creímos que nos habían descubierto y apresado. Ahora estábamos a la entrada del poblado de Varennes, que tenía cuando mucho unas cien casas, en este lugar no había un puesto regular, y los viajeros generalmente recibían los caballos de repuesto del próximo puesto. Ellos habían tomado esta precaución para nosotros pero desafortunadamente a los caballos los habían puesto cerca del castillo, al otro lado del río y al otro extremo del poblado, y nadie de los que iban con nosotros sabían donde encontrarlos.
Por fin regresó nuestro correo, trayendo un hombre consigo, quien creía que era, en secreto, supongo, espía de Lafayette, llegó a la puerta de nuestro carruaje llevando bata y gorro de dormir. Casi se lanza dentro del carruaje y nos dijo que tenía un gran secreto pero que no lo diría. Madame de Tourzel le preguntó si conocía a Madame de Korff, el respondió: ¡No! Y desde ese momento no volvimos a saber de él.
Después de muchos problemas, los postillones se dieron cuenta de que los caballos estaban en el castillo y fueron hacia allá pero lentamente. Cuando entramos al poblado, escuchamos unos gritos alarmantes de ¡Alto! ¡Alto! Los postillones fueron prendidos y en un momento el carruaje fue rodeado por una muchedumbre, algunos con armas y algunos con luces. Nos preguntaron quienes éramos, respondimos que Madame de Korff con su familia. Echaron luz hacia dentro del carruaje, cerca de la cara de mi padre e insistieron en alumbrarnos, respondimos que no, que éramos unos viajeros comunes y que teníamos derecho a continuar, repitieron sus ordenes de alumbrarnos bajo pena de muerte y en ese momento todas sus armas fueron dirigidas al carruaje. Fuimos alumbrados de nuevo y al cruzar la calle, seis dragones montados nos pasaron pero desafortunadamente no había ningún oficial con ellos, si hubiera estado, seis hombres resueltos los habrían intimidado a todos y hubieran salvado al Rey.
-Continuaremos-



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Nota:
Si no tienen nada que hacer este fin de semana u otro día, les recomiendo muchísimo que renten el DVD del film “La Nuit de Varennes”, dirigido por el magistral director Italiano, Ettore Scola, el libreto de Catherine Rihoit, es una historia ficticia que narra el viaje de un ya anciano y decadente Casanova (Marcello Mastroianni), en un carruaje acompañado por el Irlandés Thomas Paine (Harvey Kaitel), Restif de la Bretonne (Jean-Louis Barrault) y la Condesa Sophie de la Borde (Hanna Schygulla), que viajan por la misma ruta por la que va escapando el Rey para converger, al mismo tiempo, en Varennes. Es un libreto de una calidad excepcional llevado a la pantalla de modo excepcional, nada aburrido, así como tiene momentos hilarantes y cómicos también tiene unos diálogos profundamente penetrantes que nos pintan la situación, una escena es cuando nuestro Sol Robado está dormido tiernamente en la tienda donde fueron confinados los Reyes al ser detenidos en Varennes. La última escena es sencillamente i-m-p-a-c-t-a-n-t-e e inolvidable. Igual que uno de los comentarios de la Condesa cuando dice: “Tengo miedo de lo que pueda suceder”.-

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domingo, junio 08, 2008

JUNIO 8, 1795.- CONMEMORACION LUCTUOSA REY LUIS XVII

ATENDITE ET VIDETE SI EST DOLOR SICUT DOLOR MEUS
El fallido gobierno de los Acelerados Franceses, ya bajo el mando del Vizconde Paul Barrás, publicó el día 14 de junio del año de 1795, en su órgano oficial, el diario “Le Moniteur” (El Monitor), que el lunes 8 de junio de 1795 había fallecido “el hijo del finado Luis Capeto”.

Esto se traduce como la muerte del legítimo heredero de la Corona Francesa, es decir el hijo del Rey Luis XVI (Luis Augusto de Borbón), nada más ni nada menos que el pequeño Luis Carlos de Borbón y Habsburgo que había sido proclamado como Rey Luis XVII, en la celda donde se encontraba prisionero en la fortaleza de El Temple junto con su madre la Reina María Antonieta, su tía paterna Madame Elisabeth y su hermana María Teresa Carlota (Madame Royale), justo en el momento en que escucharon los cañonazos que marcaban la decapitación del Rey Luis XVI, a las 10:30 horas del 21 de enero de 1793 en la Plaza de la Concorde, antes Plaza Luis XV. También fue proclamado como tal por su tío Luis Estanislao, en el exilio, siendo reconocido como monarca por todas las potencias extranjeras.
Los acelerados manifestaron que Luis Carlos había muerto de tuberculosis y para tal efecto y justificación ante la historia y la posteridad, se apoyaron en el acta de defunción formulada y firmada por los doctores Pelletan, Dumanguin, et al, quienes también, se dice, llevaron a cabo la autopsia correspondiente en la que dieron detallada cuenta del proceso.
Como ya vimos, años después de ardua búsqueda en el cementerio de Ste. Marguerite, se dio con el féretro marcado con “D” por los cuatro costados y en la parte superior, y la enorme sorpresa que al analizar la osamenta que contenía el ataúd no corresponde a un pequeño de 10 años y no presenta ninguno de los procedimientos descritos por el grupo de doctores que respaldaron con su rúbrica el acta de la autopsia realizada el 9 de junio de 1795..
Ya se conoce universalmente el hecho de que el corazón del pequeño Rey, que el Dr. Pelletan, el jefe del grupo de médicos que atestiguan la muerte de un niño “de aproximadamente 10 años” y que “los guardias nos aseguran es el hijo del finado Luis Capeto”, dijo haber robado siguiendo la tradición monarquista de conservar el corazón de los reyes y los delfines, y su hijo, años después lo hizo llegar a la familia Borbón y en este siglo XXI, después de una larga odisea, se decidió analizar con las ventajas de la tecnología actual y se tuvo por resultado que el corazón - que sí puede ser de un niño de 10 años- corresponde a un pariente por línea materna de la Reina María Antonieta.
En este espacio hemos expresado que a nosotros no nos cabe ninguna duda de que el Rey Luis XVII haya muerto en su infancia pero no confiamos que la fecha de su muerte haya sido en 1795.
Después de tantas ofensas tan crueles como los injustos, ilegales e irracionales asesinatos de sus padres y de su tía paterna, la profanación de la tumba de su hermanito mayor, el martirio sostenido y constante por años en contra de sus propios padres y tía que él atestiguó, como el confinamiento solitario de su hermana María Teresa Carlota y de él mismo, sin contar las terribles humillaciones, no es posible que este niño haya muerto de causas naturales.
Desde la renuncia a su cargo como “preceptor” del pequeño Rey y consecuente partida de El Temple, del zapatero Antoine Simon y su esposa Jeanne, el 16 de enero de 1794, ya no se tuvo una certeza de la existencia del niño, al ser, se dice, puesto en confinamiento solitario. Consideramos que es muy probable que este niño haya sido asesinado alrededor de esta última fecha. El corazón, si fuese el de Luis Carlos bien pudo haber sido extraído por el mismo Pelletan en 1794 y la autopsia ¿porqué no? Pudo haber sido falsa. Bien sabemos que todo aquel que difiriera en el más mínimo detalle, se jugaba la cabeza no solo la propia sino de toda la familia. Y si en algo se distinguieron esos entes fue en el engaño, la mentira y la difamación.
También es necesario recordar que la caterva de sanguinarios no podía arriesgarse a levantarse más antipatías al hacer ejecutar públicamente a este niño y además era más que necesario mantener la impresión de que tenían vivo y en su poder al monarca porque les significaba una muy valiosa moneda de cambio.
¿Porqué dudamos de la fecha? Que conste que no dudamos de su temprana muerte. Pues porque, los acelerados estaban negociando en mayo de 1795, tanto con España como con el General Charette líder del Ejército Católico y Monarquista de La Vendée, la entrega del Rey Luis XVII, para obtener la paz. Y, repentinamente, justo ocho días de la fecha convenida con España para tal entrega, sobreviene la inesperada muerte del pequeño.
Tampoco podemos olvidar que a pesar de las múltiples y muy ventajosas ofertas de varias potencias Europeas y de los Estados Unidos, nunca presentaron al pequeño Rey y mucho menos lo entregaron.
Otro punto muy importante que no se puede dejar de observar es que, si la agonía del pequeño como lo contó el comisario Gomin al escritor Beauchesne, muchos años después, duró varios días ¿Por qué no permitieron que su hermana, que ocupaba el piso superior al de él, lo atendiera y lo viera por última vez?
¿Será porque el pequeño soberano ya no estaba entre los vivos?

Por causa de la desaparición, creemos nosotros que forzada, del pequeño Rey, que causó tal resquebrajamiento de la línea de sucesión en Francia junto con el ataque y supresión ilegal e irracional de la autoridad legal y justa por parte del movimiento llamado revolución francesa, además de la imposición de una ideología de locura furiosa aparejada con un rabioso intento de descristianización de un pueblo, cuyas gentes de razón fueron masacradas y asesinadas impunemente y que ha significado el derrumbe de la civilización occidental es que se ha facilitado la conformación de la Unión Europea que a su vez, ha pavimentado el camino para la globalización que ahoga al mundo, es que deseamos que ustedes nos ayuden a establecer esta muy triste y funesta fecha, el 8 de junio, como el Día del Movimiento Anti-Globalización.




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POR ESTE MEDIO ENVIAMOS RESPETUOSAMENTE NUESTRAS ORACIONES A LOS DIFERENTE EVENTOS QUE SE ESTÁN REALIZANDO EN FRANCIA PARA CONMEMORAR LA MUERTE DE ESTE INOCENTE Y JUNTO CON ESE DEVOTO GRUPO, ANTE LA OSCURIDAD QUE DEJO EL SOL ROBADO PREGUNTAMOS:
Frase completa en Latín: ."O vos qui transitis per viam, atendite et videte si est dolor sicut dolor meus"
Frase completa en Francés: Vous qui passez par ce chemin, arrêtez-vous et regardez s'il existe une douleur comme la mienne
Frase completa en Español: ""¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad y ved si hay dolor como el mío".
Lam. 1-12"
¡QUE DIOS TENGA EN SU GLORIA AL PEQUEÑO REY LUIS XVII Y LE HAYA DADO LA FELICIDAD QUE LE FUE NEGADA EN ESTE MUNDO!

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AVISO – CONMEMORACIÓN REY LUIS XVII
El próximo martes 10 de junio, a las 18:15 horas frente a la Marisma del III Distrito, en el número 2 de la calle Eugène Spuller, se llevará a cabo:
Ceremonia Civil en el área donde se encontraba la Torre del Temple
Se recordará a Madame Elisabeth (hermana de Luis XVI)
Se cantarán los aires que el pequeño Rey cantaba junto con su hermana en la prisión
Se leerá el Testamento del Rey Luis XVI
Minuto de Silencio
Desplazamiento a través de la plaza del Temple a la Iglesia
19:30 horas
Misa de Réquiem en la Iglesia de Santa Elisabeth en el número 195 de la Rue du Temple, 75003, París.
Organiza: Association Marais Temple Louis XVII

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miércoles, junio 04, 2008

LUIS JOSÉ XAVIER DE BORBÓN

Primer Delfín e Hijo de Francia (Premier Dauphin et Fils de France)
El 4 de junio de 1789 fue la fecha del fallecimiento del segundo hijo en línea y primer hijo varón del Rey Luis XVI y de la Reina Maria Antonieta de Francia, al que llamaron Louis Joseph Xavier de Borbón, en honor del hermano mayor de Luis XVI, también Primer Delfín y Duque de Borgoña que falleció a su vez, a los 10 años.
Este pequeño nació en 1781, 3 años después de la primogénita Madame Royale (María Teresa Carlota) después Duquesa d’Angouleme.
Al nacer Luis José recibió los títulos de Duque de Viennois y Delfín de Francia, es decir, el heredero de la Corona, por ser el primer varón.
La llegada a este mundo del tan ansiado heredero trajo inmensa alegría a sus padres y por consiguiente un aliviante respiro para la continuación de la línea de los Borbón en el reinado de Francia.
Él fue objeto de celebraciones sin fin: la salva de cañonazos, fuegos artificiales, bailes populares y el consiguiente orgullo de su madre, la Reina.
Debido al mayorazgo de Luis José, el arribo de Luis Carlos, 4 años después fue celebrado pero no con tanta pompa.
Ya vimos que desde que puso pie en Francia, cuando apenas contaba con 14 años de edad, María Antonieta no dejó de sufrir desmedidos y furiosos ataques por parte de los cortesanos, quienes se encargaron de azuzar a la burguesía y al pueblo para hacerla sufrir. Uno de los ataques mas rabiosos era precisamente su falta de hijos después de años de haberse casado con el entonces Delfín, Luis Augusto.
Este bebé fue, en su momento, el máximo triunfo de la Reina, como mujer. Ella se entregó en cuerpo y alma al cuidado de este niño, por supuesto, al igual que al de la primogénita Madame Royale.
Esta ocasión concilió a la Reina con su pueblo, por poco tiempo, al llevar al recién nacido desde Versalles a París para dar gracias a Dios.
En 1776 Estados Unidos libró su guerra de independencia, respaldados y patrocinados con armas, militares y dinero por el Rey Luis XVI, y al alcanzar la libertad de Inglaterra, el país Americano, en agradecimiento, le puso el nombre de “Dauphin County” a un poblado en el noreste de ese territorio en honor de Luis José Xavier, y a otro el nombre de “Marietta”, en honor de la Reina, ambos en el estado de Pennsylvania.
Luis José Xavier, siendo tan amado por sus padres, tuvo la mala suerte de contagiarse de tuberculosis por medio de la nodriza que le asignaron, lo que le significó padecer desde su tierna infancia esa enfermedad que se fue agudizando al grado de causarle insoportables dolores y la deformación de sus huesos. Los Reyes sufrían lo indecible al ver el enorme sufrimiento de su primer hijo varón y la valentía del pequeño al sobrellevar esas dolencias sin quejarse. Además mostró una gran inteligencia.
En su papel de Delfín, el pequeño Luis José Xavier tenía que asistir a eventos políticos y sociales, lo que se fue reduciendo para guardarlo de miradas morbosas, al no poder siquiera sostenerse en pie y que vieran su deformada figura. No así su rostro que continuaba tan hermoso como siempre.
En algunas ocasiones, la Reina tuvo momentos muy difíciles para evitar que el pequeño asistiera a tales eventos pues los cortesanos, que seguían odiando a María Antonieta, lo aconsejaban y lo animaban a exigir estar presente.
Fue esta una de las pruebas más amargas para la Reina donde demostró a todos lo buena madre que era pues no escatimó cuidado alguno para tratar de salvar a su hijo amado y pasó innumerables noches en vela sin quejarse atendiendo al pequeño príncipe.
Al practicársele la autopsia a Luis José Xavier se encontró que varios de sus huesitos se habían desprendido.
El primer golpe como padres, lo habían recibido ya los Reyes con la temprana muerte de su cuarta hija en línea y segunda mujercita Sofía Elena Beatriz (Sophie Hélène Béatrix), quien falleció un mes antes de cumplir su primer año en junio 19 de 1787, dos años antes de la muerte del Primer Delfín.
En la mala hora en que el Rey Luis XVI convocó a los Estados Generales sin sospechar que lo que él elevaba inmerecidamente eran serpientes y alacranes infectos de ingratitud y soberbia, el pequeño Luis José Xavier se agravó y en medio de espantosos dolores falleció.
Señalan algunos historiadores de la época y otros modernos que este profundo dolor nubló los sentidos de la Reina y del Rey, lo que, con toda probabilidad, no les permitió reaccionar debidamente para evitar la traición de la alta aristocracia, la burguesía y la chusma sacerdotal unidos por el común denominador de la soberbia alimentados por las ideas de unos sicópatas sanguinarios.
Tan desalmados resultaron los tales “diputados” del Tercer Etát que cuando se enteraron del fallecimiento del Delfín, no le dieron importancia, y al llamar el Rey a un receso para poder llorar a su hijo, la caterva de acelerados se negó ante lo que el Rey dijo “¿Es que aquí no se encuentra alguien que sea padre y comprenda?”.
De ahí comenzó para la Familia real una espiral descendente de dolor y angustia pues de acuerdo a los cánones de la monarquía, los Reyes no tenían permitido asistir a los funerales de su hijo, estallando un mes después de la muerte de este niño, la salvajada conocida como revolución francesa.
Si nos detenemos un poco a analizar, pareciera que Dios utilizó la figura de este inocente para retratar el destino inmediato de Francia:
El futuro gobernante inocente y bueno, cae infectado por una servidora y su cuerpo rápidamente acusa los estragos de la enfermedad que lo hace presa de enorme sufrimiento hasta acabar con él dejando a su casa (Francia) sumida en el dolor, la desesperanza y la muerte.
Existe un libro relativamente nuevo escrito por el Reynald Secher e Yves Murat (*) con el nombre de “Un Príncipe Desconocido” (Un Prince Méconnu) que se dedica a Luis José Xavier.
El calificativo de “desconocido” viene porque debido al espantoso sufrimiento, martirio e incertidumbre del destino de su hermano menor y Segundo Delfín, Luis Carlos de Borbón, prisionero de los Acelerados por casi cuatro años, éste ha captado un enorme y sostenido interés a lo largo de 200 años debido al misterio de su destino no así Luis José Xavier.
No debemos de olvidar que una de las más grandes infamias de los asquerosos y malditos acelerados, fue que esos seudo “grandes intelectuales” ordenaron, cobardemente, por medio de decreto, como si esto fuese a beneficiar al pueblo, la profanación de la tumba de este inocente que ningún daño les había hecho. Los promotores fueron la Convention Nationale (o Convention de Carniceros, como la llamaron en Inglaterra) destacando los repugnantes gusanos de Barrére y Jacques René Hebert.
Estos excrementos del diablo que juraron y gritaron a los cuatro vientos no creer en Dios, negando sus dichos, como buenos cobardes que fueron, trataron de herir todavía mucho más a la Reina cuando ya estaba muerta, pensando que desde la otra vida fuera posible que ella estuviera viendo a sus hijos, pues la misma noche de su ilegal ejecución en la guillotina ordenaron: La profanación de la tumba de Luis José Javier y el ataque a la dignidad de Luis Carlos al ordenar embriagarlo en su celda del Temple donde los guardias lo jugaron como pelota y “punching bag”, dándole de empellones entre todos. Estos actos “heroicos” los llevaron a cabo los “valientes, democráticos e inteligentes héroes" abusando de su ilegalmente adquirido y nuevo poder con UN INOCENTE MUERTO Y UN INOCENTE HUERFANO DE SIETE AÑOS TOTALMENTE INDEFENSO.
Y en nuestros días, pululan pero por puñados los desinformados y engañados que aplauden y veneran a esa caterva de sabandijas llamadas revolucionarias.
Como ya es sabido, la profanación llevada a cabo por la turbamulta, pagada y embriagada con el vino más corriente que había, que consistió en sacar la osamenta del niño de su féretro y atacar la urna que contenía su corazón, se extendió a las demás tumbas reales, llevando muchos de los restos de los reyes que ahí tenían su sepultura a la fosa común, y no paró ahí pues se saquearon en su totalidad los tesoros históricos y sacros de la Basílica de Saint Denis.
La temprana muerte del Primer Delfín pudiera tomarse como el aviso del principio del derrumbe de la Monarquía y de Francia.
No, Luis José Xavier no será olvidado.


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Notas: La imagen de Luis José Xavier en esta pieza es un detalle del cuadro pintado por Elisabeth Louise Vigée-Lebrun, en el que aparece la Reina María Antonieta con sus tres hijos: Maria Teresa Carlota (Madame Royale), Luis Carlos (Rey Luis XVII)en su regazo y Luis José Xavier que señala a una cuna vacía, haciendo referencia a la pequeña fallecida Sofía Elena Beatriz.-

(*) El escritor Reynald Secher también es autor del libro “El Genocidio Franco-Francés: La Vendée Vengada” donde después de años de investigación relata la masacre cometida por el gobierno de los acelerados en contra de los combatientes que ya había entregado las armas al igual que a la población civil entera de la región de La Vendée.

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-Última imagen (perfil) del Rey en vida y en prisión ¡Qué personalidad tan fuerte irradiando autoridad y majestad!-

Attention English-Speaking visitors: This blog is entirely in Spanish as there is scarce, almost inexistent, information on this tragic real-life event in the Hispanic America: Legacy of the revolutionary governments that sprang up in so many countries in the Americas, inspired in the shameful and ominous French Revolution.-/////////////////////////////////// Tenemos que mencionar que nos llena enormemente de orgullo y nos honra al máximo recibir la visita de todas las universidades del mundo incluyendo las mas antiguas y de tantos y tantos eruditos y conocedores de estos acontecimientos. Ojala que muchos universitarios no se limiten a leer solamente una página, el blog entero es de ustedes.- Gracias