viernes, julio 27, 2007

9-10 THERMIDOR/II (26-27 JULIO/1794): FIN DEL GRAN TERROR


Como lo hemos estado examinando, la salvajada conocida como Revolución Francesa, fue una orgía de asesinatos, sangre, intolerancia y TERROR.

El haber roto un Orden establecido, entre otras cosas, llenó de pánico a los “líderes” pues comprendieron que habían roto el timón y no tenían un rumbo, pero como siempre sucede, no podían darse el lujo de ser sinceros y admitir unos delante de los otros que lo que tenían era un espantoso terror al ver que habian logrado ser capitanes de un barco, pero un barco enorme, demasiado para sus alcances.

De ahí, vieron que todos estaban sin bases firmes para prevalecer y cayeron en el pánico y tenian miedo hasta de su sombra, comenzaron a ver traiciones y complots. Unos imaginados, otros verdaderos, otros inflados y otros inexistentes, pero para el caso era lo mismo.

Era también el terror al juicio de la historia y empezaron a buscar desenfrenadamente una justificación a sus crímenes y desatinos. La muerte de tantos conciudadanos inocentes.

El dizque “Incorruptible” dio indicios de querer casarse con Madame Royale, y así poder ser el Rey de Francia y comenzar su dinastía. Tanto que una vez fue a visitarla al Temple. Pero lo que sí fué más público y notorio su intención de casarse con la hija del Duque d'Orléans, Felipe Igualdad.

Pero el asesino de las multitudes, con todo y terror, creía que apretando el entorno de su poder le ayudaría a continuar su ascendente carrera en el gobierno de los acelerados y se dejó llevar por su fatuidad.

Aprovecharon esta coyuntura los que le tenían miedo y buscaban al mismo tiempo la venganza por el asesinato de otro revolucionario: Danton.

Así que la noche del 26 de julio de 1794, se impuso la Sección de los Moderados al mando de Paul Barrás y el Multi-Asesino fue declarado por los Diputados “fuera de la ley” al grito de “¡Abajo el tirano! "


Se escondieron en el Hotel y al verse perdidos y a punto de ser arrestados, el hermano menor Agustín, se lanzó desde un segundo piso y sólo logró quebrarse una pierna, otro un tal Le Bas, sí logró suicidarse de un tiro en la cabeza. Y aunque el Multi-Asesino, que por supuesto, no podía dejar de ser cobarde, intentó darse un tiro en la cabeza tambien, fallándole el pulso y nada más se quebró la quijada.

Fue puesto en prisión esa misma noche del 26 para el día 27 ser paseado en una carreta junto con otros veinte de sus “amigos” (su "fiel amigo" el pintor David, que habia gritado que él lo acompañaría hasta el fin, se escondió), por el mismo camino que hizo recorrer a sus víctimas fue llevado a la “Plaza de la Concordia”. ¿Qué tanto habrá pensado este Asesino cuando con aquella vanidad y crueldad promovió la condena a muerte del Rey Luis XVI, el tormento de la Reina María Antonieta y su decapitación, el aguillotinamiento de Madame Elisabeth y el tormento y muerte del Rey Niño Luis XVII y de tantos miles más? ¿Pensaría tambien en los masacrados en La Vendée? ¿En la Princesa de Lamballe? ¿De la ejecución de toda la familia del Sr. Malesherbes sólo por haber tomado la defensa del Rey Luis XVI, en el ilegal y sucio proceso que ese Acelerado promovió con toda la maldad del mundo?

¿Habrá tenido siquiera un ápice de arrepentimiento y de haber admitido aunque fuese un solo instante que se merecía cada momento de humillación y que no pagaba con eso tanto sufrimiento y dolor infligido a tantos inocentes? Pero, hay todavía quienes lo veneran y lo consideran un héroe y un ejemplo a seguir! ¡Háganme el favor!

Debido a que Robespierre se había quebrado la quijada con el fallido intento de suicidio, la traía sostenida con una venda. Esto lo obligó a guardar silencio y no pudo defenderse. Al momento de prepararlo para la navaja, se escuchó un aterrador grito que congeló la sangre a los presentes, el verdugo tuvo que quitarle la venda y al hacerlo, la quijada se le cayó quedando colgada y causándole un profundo dolor.

Y poco después del mediodia del 10 Thermidor, Año II, es decir el 27 de julio de 1794, recibió un merecido castigo aunque, considero, quedó debiendo muchos más.
Ahí este asesino de inocentes pronunciaba la frase: “La República está muerta, triunfaron los bandidos”
Y como todo cobarde, trató de huir junto con su hermano Agustín de Robespierre y otros sanguinarios entre los que se contaba Louis St. Just. Trataron de levantar al pueblo en armas por su causa, pero esta vez, no los siguieron. El pueblo ya estaba harto de tener miedo y del derrame de sangre.
 
Por el problema de la quijada, lo tuvieron que colocar con la cara hacia arriba y fué el único de los que fueron decapitados que tuvo que ver como se le venía encima la navaja de su "querida madre" (Chére Mere).

Así terminaba la vida del mayor asesino de esos tiempos.
 
Pues indudablemente que en la caída y muerte de este Acelerado, el mayor y peor de todos, se presentaron detalles que lo distinguen de muchos otros y sólo podemos pensar que éstos eran designios de lo Divino.
La merecidísima ejecución de este ser endemoniado se dió justo a 1 año, 6 meses y 6 días de la decapitación del Rey Luis XVI: a los 9 meses y 11 días del asesinato de la Reina María Antonieta, 3 meses y 17 días del aguillotinamiento de Madame Elisabeth, la hermana menor del Rey. Y se asegura que el Barón Jean de Batz, fué el motor de la caída del infame Robespierre.

Muchos historiadores consideran que el Rey Niño Luis XVII pudo haber sido en ese impasse el
Rey de Thermidor.
¡Qué mas hubiéramos deseado nosotros!

Pero, según nuestras deducciones, Luis Carlos, para esa fecha, ya no estaba entre los vivos.- De haber sido así, lo más lógico es que Barrás lo hubiera presentado al pueblo.
 
Aunque hay registros de que Paul Barrás se presentó la madrugada del 27 de julio de 1794 en la celda de Madame Royale como para asegurarse de que ella no había sido sacada de la prisión; se presume que también fue a asegurarse de que Luis Carlos continuaba preso, pues había rumores de que el Multi-Asesino habia sacado al Rey Niño, en mayo 24 de ese mismo año, regresándolo a la celda 24 horas después. Y se rumoraba que se había efectuado un intercambio de otro niño facilitando el escape de Luis Carlos, lo que daría pie a la teoría de Petitval.
Pero, si consideramos que el Multi-Asesino tenía planes de casarse con Maria Teresa (Madame Royale) o la hija del Duque d'Orléans, como lo aseguran varios historiadores y escritores, pensamos que para quitar obstáculos, sobre todo, entre el pueblo, tendría que deshacerse de Luis Carlos a como diera lugar.

En cuanto al corazón de Luis Carlos, si como dicen los estudios del ADN, sí pertenecen a un pariente directo de María Antonieta, y si fuese el de él, consideramos que el Dr. Pelletan lo pudo haber extraído un año y medio antes. Y la prueba está en el cuerpo encontrado en el ataúd sacado del Temple el 10 de junio de 1795 y que fué exhumado años después: eran los restos de un jovencito de 16 años.
 
"El que a hierro mata, a hierro muere"
*En el cuadro que acompaña esta entrada, se representa la muerte del Multi-Asesino como un Acto de Justicia Divina: Numerosas cabezas -se supone que de los cientos de inocentes que él mandó a la muerte- atestiguan como dos figuras masculinas una de ellas como Hercules (símbolo de la revolucion) llevan la cabeza de ese monstruo junto con las de sus compinches hacia la Laguna Estigia donde se ve al Cancerbero.-

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martes, julio 17, 2007

JACQUES CATHELINEAU.- EL SANTO DE ANJOU


(Enero 5, 1759-Julio 14, 1793)
Un Combatiente bajo el Estandarte del Rey del Cielo
En el año de 1993, siendo el aniversario numero 200 de la muerte de Jacques Cathelineau, Generalísimo de la Armada Realista y Católica de la Región de la Vendeé, decía Su Eminencia, el Cardenal Paul Popard, Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, que los restos mortales del mártir de la Vendeé reposan en espera de la resurrección.
Héroe de Vitral
Hoy, el aniversario que nos reúne, en el fervor del recuerdo y en la fidelidad de la gratitud, es el de la muerte de Jacques Cathelineau, en Sant-Florent-Le-Vieil, hace dos siglos, el 14 de julio de 1793. Su existencia tan breve, exactamente 34 años de edad, su infancia escondida en el corazón de la campiña de Anjou, el repentino surgimiento de un joven sin instrucción militar y sin relaciones políticas, la carga victoriosa que, en un hace de los campesinos un ejército temible; y de un joven de los Mauges sin preparación, un general de un ejército Católico y Monarquista para la defensa de la fe de Cristo, por la fidelidad al Pontífice Romano y por la libertad de profesar la religión con los sacerdotes fieles a la Iglesia de Dios y decir un no absoluto a una Republica persecutoria; esta epopeya, gracias a su carácter y a su dimensión, a su inspiración y a su decisión, evoca irresistiblemente el misterio de una Juana de Arco.
Nacido de una familia de artesanos, el joven Jacques crece en el seno de una familia Cristiana, donde aprende, como sucedió a muchos en Anjou, reverenciar en un solo amor a los padres terrenos y al Padre Celeste, a recitar el rosario por la tarde y a no comer el pan sin persignarlo antes y a no pasar delante de un crucifijo sin reverenciarlo. Entre su padre Jean y su madre Perrine Hudon, el hermano mayor Jean y la hermana menor Marie-Jeanne trascurren sus días felices como en todas las casas en que existe el cariño. Pero a los doce años en los Mauges, era necesario ganarse la vida. El párroco de la Capilla de Genet, Don Marchais, amigo del párroco de Le Pin, lo toma consigo a su servicio. En cinco años su fe se refuerza. A Le Pin regresa un joven alto y apuesto, de ojos claros con los cabellos rizados y que sabe expresase, compañero alegre y cantor en la iglesia del pueblo. A los 18 años se casa con su vecina Louise Godin, 8 años mayor que él, que le da once hijos de los cuales en 1793, quedaban solo cuatro hijas y un hijo.
Jacques es vendedor ambulante. Atraviesa el país, los pueblos para vender telas, jabones, hilo, aguja, lana y pañoletas de Cholet, azúcar y sal, medallas y coronas del Rosario. Jovial y servicial, franco y leal, robusto y fino, con el rostro vivaz y dulce, la voz clara, vende su mercancía y comenta las novedades. Que son malas. La Constitución Civil del Clero quiere separar a los obispos y sacerdotes de Roma y les impone el juramento al que tanto Le Pin como La Capilla de Genet se rehúsan. Es hora de la prueba y de la persecución. Cathelineau multiplica los peregrinajes a Notre Dame de Charité, a Saint-Laurent de la Plaine y a Notre Dame de Bon Secours en Bellefontaine. De noche, con la cruz procesional por delante, los parroquianos suplican a la Virgen conservar la fe Católica: “Confío, SantaVirgen, en vuestro socorro”. Un amigo suyo, Cantiteau, da su testimonio: “Casi siempre sólo él era el guía, el conductor de centenares de personas que lo seguían. Ya sostenido – como parece – por algo más que humano, recorría hacia atrás y hacia delante, por quince o dieciocho veces, tres leguas, cantando y haciendo de este modo el viaje
”. Hoy no es un sacerdote el que guía la procesión. Mañana no será un noble el que guiará la insurrección. Es Jacques Cathelineau, un laico, un simple fiel, fiel a su fe y a su conciencia delante de Dios y delante de los hombres.
De París no sólo llegan malas noticias también llegan medidas persecutorias. Cantiteau se tiene que esconder. Cathelineau le da valor: “Estése tranquilo, señor Párroco, con mi caja de mercancía llevaré de casa en casa la verdadera fe”.
El Combate por Dios
Esta fue, repentinamente, la chispa. La Convención decreta el reclutamiento en masa de los ciudadanos para cortar el camino del Oriente a la invasión extranjera, 6,022 voluntarios de Maine-et-Loire, de los cuales 701 eran sólo del distrito de Saint-Florent. Son los jóvenes del pueblo los que se sublevan. La pequeña nobleza que no había podido emigrar, buscaba hacerse la desentendida. El clero que no había podido salir y que se rehúsa a prestar juramento se esconde y trata de calmar los ánimos. La gente del pueblo cansada llega a la indignación y los jóvenes campesinos, artesanos y comerciantes se niegan a servir a un régimen que los desprecia y los persigue. Un grito unánime en todos esos pueblos sale de las casas:

“¡NO IREMOS!”.
El 12 de marzo de 1793, en Saint Florent se da la escaramuza tantas veces descrita y narrada. A partir del dia siguiente, según Jean Blon, su primo, la decisión de Cathelineau largamente madurada es tomada. El se estaba quitando de las manos la masa para el pan que estaba por cocer en el horno. La esposa se le abraza al cuello, le suplica no dejarla sola con los cinco niños menores de doce años. “Ten fe – responde – Dios por quien voy a combatir, los cuidará a ustedes”. Toma una espada, se pone un rosario al cuello, se coloca un Sagrado Corazón al pecho y parte, por la causa de Dios, seguido de veintisiete hombres sin fusiles, con un trinche, y en el corazón una fe invencible. Entre ellos no hay oficiales, ni nobles ni sacerdotes. Es el pueblo, el buen pueblo de Mauges, son laicos, buenas personas, de condición modesta, tejedores, carpinteros, albañiles, campesinos. Cathelineau hace abrir la Iglesia “Ustedes no pueden combatir, dice a los viejos, a las mujeres y a los niños – rogad por el éxito de nuestras armas”. Los hombres, que se habían cortado el cabello delante del Crucifijo, cantan el himno de La Pasión con Cathelineau, que los anima a combatir por el Rey ciertamente, pero se trata de Cristo Rey.
Vexilla regis prodeunt
Fulget Vía mysterium
Qua vita morten pertulit
Et morte vita protulit
Avanzan los estandartes del Rey
Brilla el misterio de la Cruz
Sobre la cual la vida ha soportado la muerte
Y con su muerte da la vida.
Y así se dará, bajo el estandarte del Rey del Cielo, la victoria de estos jóvenes campesinos inexpertos y la derrota de los republicanos, vencidos de los irresistibles golpes del jefe mas prestigiado y más popular de la guerra de La Vendeé, conducida por hombre y de jefes entre los dieciocho y los treinta
y cuatro años. Cathelineau se merecerá el título de “Santo de Anjou”.
El Soldado de Dios
Cathelineau se persigna y se lanza. Lo siguen todos. La guerra de La Vendeé comienza. Una increíble y victoriosa epopeya que lleva a estos hijos de Dios, desde Jallais a Chemillé y vuela de victoria en victoria desde Cholet a Saumur y a Nantes, donde el 29 de junio de 1793 un golpe mortal pega en el pecho del general. Llevado a Saint Florent, muere el 14 de julio.
El buen Cathelineau – anuncia su primo Jean Blon – ha entregado su alma a Dios, que se la había dado para reivindicar su gloria”.

Napoleón que era un experto en hombres y soldados, escribirá en sus Memorias: “Cathelineau había recibido de la naturaleza las principales cualidades de un jefe militar: la inspiración de no dejar jamás descansar ni a los vencedores ni a los vencidos. Nada habría podido parar la marcha de los ejércitos Realistas. La bandera blanca habría ondeando sobre las torres de Notre Dame antes de que fuese posible que los ejércitos de Reno corrieran en ayuda de su gobierno”.
ESTE 14 DE JULIO ES LA FECHA QUE SÍ SE DEBE RECORDAR Y CONMEMORAR CON MUCHO RESPETO.

Traducción del Italiano al Español por su servidora.
Artículo publicado en el numero 222 de la Revista Italiana "Cristianitá"
Link al arículo original aquí.

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viernes, julio 13, 2007

EL ASALTO A LA BASTILLA: ¿MOTIVO DE CELEBRACION?

Nostradamus
Centuria I, Cuartilla 14
(1789-1793)
De gent esclave chansons, chants et requestes
Captifs par Princes et Seigneur aux prisons
A l’advenir par idiots sans testes
Seron receus par divines oraisons

Español
Canciones, cantos y refranes de la turbamulta esclava
Mientras los Príncipes y Rey están cautivos en la prisión
Serán recibidos en el futuro
Como oráculos divinos
Por imbéciles sin sesos y privados de todo juicio y razón

El Asalto a La Bastilla
Doscientos dieciocho años después se confirma en cada letra esta Cuartilla del visionario y médico Francés Michel de Nostradamus (Notre Dame) sobre la infamia conocida como El Asalto a la Bastilla o La Caída de la Bastilla.

Todavía por un tiempo en la fecha del 14 de julio seguiremos viendo y leyendo en Francia y alrededor del mundo celebraciones, vítores y fiestas ruidosas donde con orgullo, una enorme mayoría compuesta por muchos ignorantes y desinformados al igual que los que sí conocen a profundidad lo que realmente sucedió ese espantoso y vergonzoso día de 1789 pero que lo consideran digno de celebrarse por varias razones: una de ellas es que es tan doloroso reconocer los niveles de profunda bajeza a los que descendió la chusma francesa, que es preferible aferrarse a un ideal que NUNCA existió, otra es que de verdad comulgan con ese proceder salvaje e inhumano que se enorgullecen por sentir y pensar lo mismo que aquellos pobres diablos.
No olvidemos que hasta el himno de La Marsellesa, fue convertido en herramienta de tortura y humillación para mucha gente de bien y para el indefenso e inocente huérfano de 8 años, Luis XVII, nuestro Sol Robado.
A continuación comparto con ustedes una opinión muy centrada, acertadísima y veraz del excelentísimo escritor y soberbio analista Austríaco, Erick von Kuehnelt-Leddihn (1909-1999) sobre ese vergonzoso y aciago día para Francia y el mundo y sus espantosas consecuencias. Este artículo lo escribió a raiz del 200 aniversario de esa infamia, es decir en 1989.
El link al artículo en Inglés está en el título. Traducción del Inglés al Español de su servidora.

==PUBLICACIÓN CON PROPÓSITO EDUCACIONAL - NO COMERCIAL ===

OPERACIÓN PARRICIDIO:
Sade, Robespierre y la Revolución Francesa
Por: Erick von Kuehnelt-Leddihn
El año 1989 del Señor, fue la causa de la celebración de los 200 años de la Revolución Francesa en muchos países. Para el año 1880 en Francia, el 14 de julio, el día de la caída de la Bastilla, ya había sido la ocasión de toda suerte de frivolidades. Para ese entonces, los últimos testigos de la revolución ya tenían largo tiempo de fallecidos. Uno dependía de los historiadores que idealizaron este evento de largo alcance en nuestra historia porque con la Revolución Francesa, la democracia sufrió una resurrección después de la profunda caída moral que había tenido con la muerte de Sócrates.
La Revolución Francesa, sin embargo, no llegó como un rayo de la nada. El Rey Carlos I había sido ejecutado 140 años antes en Whitehall, Inglaterra, por fanáticos político-religiosos y Jean Lacroix había argumentado de manera convincente, que la República se funda en “la muerte del Padre”. La Fraternidad y la Igualdad pueden ser alcanzadas, parece ser, sólo a través del Parricidio.
El ímpetu por el cambio en Francia llegó no sólo desde Suiza, más bien vino de los Franceses Anglófilos y una comprensión completamente falsa de lo que acababa de suceder en los Estados Unidos. Fue, de algún modo, el primer gran malentendido Euro-Americano. Por otro lado, el Gobernador Morris, el enviado Estadounidense a París, le dijo al vanidoso Lafayette al principio de la revolución: “Estoy en contra de su democracia, Monsieur de Lafayette, porque yo estoy por la libertad”. En 1815, él comenzó un discurso con las palabras: “Los Borbón están de regreso en el trono; Europa es libre otra vez” – algo que hoy un Estadounidense comprendería con dificultad después de tantos años de una estupidez inculcada en la escuela.
LA INTERPRETACIÓN VULGAR
La interpretación vulgar de la Revolución Francesa (nada que ver con la Revolución Rusa) está basada en la teoría del péndulo que oscila en la dirección opuesta. El pueblo empobrecido y oprimido, guiado por inteligentes y altos idealistas sacudieron el insoportable y opresivo gobierno de los monarcas, aristócratas y sacerdotes y crearon un nuevo orden en el que la Libertad, Fraternidad e Igualdad fueron concretadas. ¿No nos había ya dicho Goethe que los legisladores y revolucionarios que anuncian la Libertad y la Igualdad simultáneamente no son sino fraudulentos y charlatanes? Cuando no existe tal cosa como una “igualdad natural”, sólo se puede obtener por medio de una cruel violencia. Con el fin de darle igualdad a un seto, uno necesita unas tijeras de jardín. La Igualdad, el ideal de la izquierda, está cercanamente atada a la identidad. Cien peniques hacen un Dólar, pero cada Dólar de cierto año no es idéntico a otro Dólar acuñado en la misma ocasión.
La primera fase de la Revolución Francesa, que se representó a sí misma como auge económico así como crisis financiera del estado y una serie de reformas liberales, tuvo un carácter predominantemente aristócrata. Las “nuevas ideas” de la primera ilustración – la malentendida guerra de independencia Estadounidense, la Anglomanía, las visiones de Rousseau, la crítica de la religión por Voltaire y la todavía turbulenta controversia Jansenista – todo esto había confundido el espíritu de las clases superiores. La Francmasonería, acabada de importar de Inglaterra, también jugó un papel en su transformación. Es posible que hasta Luis XVI haya sido un Francmasón. Más allá de toda duda, fue un devoto lector de la Enciclopedia. Como resultado llegó a existir un enorme vacío de creencia, que fue rápidamente llenado por la ideología radical de izquierda, que igual de rápido infectó a grandes segmentos de la población. La “Intelligentsia” de la izquierda, actuaba como el rompe-hielos para la revolución de tal modo que, por lo menos al principio, la existencia de la monarquía fue duramente cuestionada, mientras que la aristocracia y el clero abdicaron y “se casaron” con la burguesía.
El suceso señal de la Revolución Francesa no fue tanto la alianza entre los Poderes (Etats) después de la reunión en Jeu des Paumes como el asalto a la Bastilla, en la que un hombre jugó un papel a pulso tan crucial en el curso de los sucesos como el de Rousseau.
Estoy hablando del Marqués de Sade. Él es más conocido ahora como el epónimo del “Sadismo”. Sin embargo, en sus escritos infinitamente pornográficos y extremadamente aburridos, hay largos pasajes filosóficos y políticos en los que se revela a sí mismo como un rabioso ateo, izquierdista y materialista. Fue responsable principalmente del asalto a la Bastilla, porque a solicitud de su suegra él fue –gracias a una orden de arresto “lettre de cachet” – mantenido prisionero en la Bastilla junto con siete falsificadores, tahúres, locos y deudores. Desde la Bastilla, Sade incitó al pueblo del barrio a través de su megáfono hechizo a venir en su ayuda a liberarlo. De Launay, el gobernador de la Bastilla, se vió indefenso. No se atrevió a meter al prisionero en una camisa de fuerza (o en un calabozo) sino que le pidió al rey que lo librara de ese prisionero. Como resultado, Sade fue transferido el 4 de julio de 1789 al hospital para los locos criminales en Charenton y fue liberado en 1791. Entonces se convirtió en presidente de la revolucionaria Sección des Piques en la que el “Ciudadano Sade” estuvo activo como Jacobino radical hasta que se peleó con Robespierre y fue enviado otra vez al hospital para los locos criminales. Sade, junto el masoquista y neurótico Rousseau, que escribió novelas pedagógicas y entregó a sus hijos a orfanatorios(*), es el verdadero renovador de la democracia de nuestro tiempo y naturalmente también héroe de nuestros intelectuales de izquierda.
EL ASALTO A LA BASTILLA /EL COLAPSO MORAL
El asalto a la Bastilla el 14 de julio, y sus inmediatas consecuencias mostraron de qué se trataba en realidad la revolución francesa, de nombre, la consecuencia de un colapso moral que había sido preparada por los literatos de izquierda, de un chic radical en su dia. De Launay negoció con la turbamulta, que le prometió a él y a su pequeña guarnición de inválidos y de guardias Suizos el libre pasaje. En cuanto los defensores estuvieron al descubierto, entonces la turbamulta los atacó y los asesinó de la manera más brutal posible. Fue sobre todo a los inválidos, que no pudieron huir, a los que se les despedazó. Por un rato, la turbamulta trató, en vano, de decapitar a De Launay, pero sus dagas y cuchillos no tenían filo. Finalmente alguien consiguió a un ayudante de cocina, “que sabía preparar las viandas” para cortar la cabeza del gobernador de su ya frío cuerpo. Entonces pasearon su cabeza en triunfo por toda la ciudad.
Fallaron todos los intentos por establecer una monarquía constitucional. El impulso por obtener identidad e igualdad, puesto a punto de ebullición por el odio y la envidia, comprobó las palabras de Benjamín Constant: “En algunas épocas uno tiene que viajar por el espectro completo de la locura con el fin de volver a la razón”. Todo, así fuera remotamente diferente, era maldecido y perseguido. La conformidad celebró orgías.
Únicamente la caída de Robespierre en julio de 1794 impidió mayores planes de arrasamiento, los que Babeuf con toda probabilidad hubiera llevado a cabo. De tal modo que Robespierre tenía planes no únicamente de obligar a todo Francés y Francesa, a utilizar uniformes (como las hormigas azules de Mao) también tenía planeado arrasar con todas las torres de la iglesias como “no democráticas”. Eran más altas que los otros edificios y como resultado destacaban por su porte “aristocrático”. (En Estrasburgo, estaban en proceso los preparativos para la mutilación bárbara de la catedral de ese lugar). Otro problema que necesitaba resolverse era el lenguaje de los Alsacianos, “qui ne parlent pas la langue republicaine”, conocido como Francés. Hubo unos que sugirieron quitarles a los niños a los habitantes de la Alsacia-Lorena o re-ubicar a toda la población de habla Germana de toda Francia. Esos eran planes costosos y se pensó en una solución más práctica: el completo exterminio de la población de lengua Alemana. Como uno puede ver, la Revolución Francesa no sólo se interesaba en el asesinato masivo mecánico del Doctor Guillotin, sino también en el genocidio y no únicamente en Alsacia sino en otras regiones de la Republique Une et Indivisible.
La Revolución Francesa ha sido vista por la mayoría de los autores como un suceso predominantemente político, social (bajo la influencia Marxista) y hasta económico.- Burke, Young, Rush así como otros visitantes Británicos y Estadounidenses a Francia antes de la Revolución apuntan con el dedo a la aristocracia, al clero y a las clases superiores, sin embargo, tanto el escepticismo como el ateísmo habían hecho caminos hacia los círculos más altos y existía entre el clero lo que Spengler llamó “la chusma sacerdotal”, o lo que hoy llamamos “católicos progresistas de izquierda”. La censura en la mano de los precursores de los liberales, que sufrieron a partir del moderno-snobismo, favoreció a los izquierdistas y persiguieron a la derecha, para no ser etiquetados como “reaccionarios”. Todo eso gradualmente influido por las clases media y baja también.
LA PESADILLA
No hay otro modo de entender las circunstancias de pesadilla que rodearon el asesinato de la Princesa de Lamballe. Esta amiga de la reina fue arrestada pero se negó a jurar la constitución en la prisión de La Force. Como resultado de su negativa fue entregada a la vociferante turbamulta. Eso sucedió justo antes de las masacres de septiembre del año 1792, tan cuidadosamente organizadas por Danton, un Republicano “moderado”. Los protagonistas de este baño de sangre recibieron 6 libras cada uno y todo el vino que pudieran tomarse para sus penas. Las cárceles fueron vaciadas en una verdadera orgía de asesinatos, durante la cual no únicamente los prisioneros políticos sino también las prostitutas y los prisioneros menores de edad, casi siempre niños pequeños, fueron asesinados. Las escenas que recuerdan el cuadro de Goya “desastres de la guerra” se llevaron a cabo en Bicetre y Salpetrière. (El exterminio de prostitutas fue llevado a cabo también sin piedad alguna por los favoritos de la izquierda, los Republicanos Españoles, probablemente a causa del contagio de enfermedades venéreas entre los valientes defensores de la democracia). En el año de 1792, en el asalto al Palacio de las Tullerías, los guardias Suizos, fieles a su juramento, pelearon hasta el último hombre. Los Suizos que cayeron vivos en manos de la turbamulta fueron mutilados y cortados en pedacitos. Un ayudante de cocina que intentó defender a la pareja real (Luis XVI y Maria Antonieta) fue untado con mantequilla y luego quemado vivo.
CUALITATIVAMENTE PEOR
A partir de estas y otras ocurrencias parecidas uno ve algo más muy claramente: desde un punto de vista puramente cuantitativo las atrocidades de los socialistas rojos y cafés fueron peores que los de la Revolución Francesa, sin embargo, desde un punto de vista cualitativo, todo el asunto toma un cariz diferente. Los crímenes de los Socialistas Nacionales e Internacionales fueron llevados a cabo en su mayor parte en campos de concentración y calabozos por sus propios criminales entrenados, en lo que toca a las atrocidades de los Republicanos Franceses fueron cometidas bajo el lema de Libertad, Fraternidad e Igualdad a tan enorme grado por el pueblo mismo o al menos acompañados por el aplauso de los deleitados espectadores – todo a la luz del día con gran publicidad. Los aguillotinamientos no eran sólo días de fiesta general, eran eventos sádicos preparados y pensados cuidadosamente, durante los cuales ( para dar solo un ejemplo) un aristócrata con sus manos atadas y su cabeza ya en el bloque era obligado a escuchar un discurso irónico muy largo sobre las victorias de los ejércitos Revolucionarios de modo que pudieran compartirlas con sus predecesores en el más allá. La completamente natural transformación de la democracia en socialismo, de la igualdad política a la financiera, tuvo ahí sus principios. No únicamente los aristócratas sino los ricos también porque su riqueza era pasada a “nuestra querida madre la guillotina”. (En realidad sólo el 8 por ciento de los guillotinados fueron aristócratas, más del 30 por ciento fueron campesinos).
Los “moderados” no cantaban mal las rancheras. Ciudades como Lyon, Toulon y Burdeos, que eran encabezadas por los Girondistas contra los Jacobinos, fueron parcialmente arrasadas y sus habitantes diezmados. Cuando los aguillotinamientos amenazaban con ir muy despacio, muchas víctimas fueron ahogadas y otras fueron ejecutadas con escopetas, de modo que las multitudes pudieran deleitarse al verlos morir desangrándose lentamente. (Napoleón, Jacobino y amigo cercano de Robespierre, alcanzó su primera victoria aplastando a la “rebelde” Toulon).
UNA ENORME Y SADICA ORGIA DE SEXO
La Revolución Francesa no se convirtió de hecho en una enorme sádica orgía de sexo hasta que los levantamientos en Bretagne y La Vendeé fueron aplastados. Uno debe tener en mente que La Vendeé fue una revolución campesina que jaló a la aristocracia con ella. El liderazgo de la Chouannerie era parcialmente campesino (Cathelineau) y parcialmente aristócrata (Larochejaquelein); además Charles Armand Tuffin, el Marqués de la Rouerie, amigo de George Washington, encontró su fin en esta batalla. Su cuerpo fue desenterrado y decapitado). El terror implicado en este genocidio deliberado fue anunciado con anticipación por las atrocidades en París, especialmente en la extensa profanación de tumbas y cementerios, porque el hombre que puede atacar a los muertos – contra reyes y aristócratas pero también contra los santos – no tendrá empacho en hacerle lo mismo a los vivos. (Tengo que confesar aquí, sin embargo, que la profanación de cadáveres practicados por el lado Republicano en la Guerra Civil Española – especialmente en el cementerio de Huesca – está en la misma liga de lo que los Republicanos Franceses hicieron). En su prefacio al libro de Reynold Secher, El Genocidio Franco-Francés, el Profesor Jean Meyer dice que el autor se guardó mucho y que lo peor no podía describirse ahí. La verdad es mucho más espantosa.
La Revolución Alemana, que comenzó en 1933, también pasó por una fase relativamente humana; sin embargo, el 30 de junio de 1934 fue una flamígera señal de alerta, que fue seguida por un hundimiento impregnado e inevitable, como el tipo descrito en la tragedia Griega, hacia el infierno de la tiranía totalitaria de la izquierda. Como con la Revolución Francesa, el camino ya había sido pavimentado en esta dirección desde el principio. Lo mismo aplica para Rusia. Justo como en Francia fueron los escritos de los Enciclopedistas, Morelly, Rousseau, Diderot y Sade y en los países Germánicos, los escritos de Haeckel, Chamberlain y Rosenberg así como los de Hitler y Goebbels igual en Rusia los de Marx, Tschernyschewsky, Plechanow y Lenin que determinaron el subsiguiente desarrollo político. Lo que sucedió a la larga en la Revolución Francesa, especialmente en La Vendeé, en Bretagne y en Anjou fue en su lógica interna sencillamente la realización del gran Ateismo Materialista de la primera Ilustración.
En situaciones como esta, estamos obligados a confrontar una vez más la sentencia de Dostoievski:
“Si no hay Dios, entonces todo se vale”.
AGUILLOTINAMIENTOS EN MASA
Hasta en Arras donde el líder Jacobino, Lebon observaba los aguillotinamientos en masa desde su balcón acompañado de su amada esposa, los cuerpos decapitados de hombres y mujeres eran desvestidos y luego atados juntos en posiciones obscenas como las maníacas “baterías nacionales” sacadas de las 120 Noches de Sodoma de De Sade. Prácticas similares se llevaron a cabo en Noayes en el Loira, donde hombres y mujeres eran atados juntos desnudos y luego lanzados al agua todavía vivos al río como una “boda republicana”. Cuando la turbamulta no podía encontrar suficientes hombres y mujeres, organizaban el “amarre del nudo” de modo homosexual. Carrier, que al final terminó perdiendo su propia cabeza, fue el director de todo esto. Él llamaba a estas atrocidades “La llama de la filosofía”, una expresión que tomó del Marques de Sade. Era muy natural que las principales víctimas de estas atrocidades llevadas a cabo por los hombres, fueran las mujeres (así como sus hijos, casi siempre asesinados ante sus ojos). La misoginia sádica de la Revolución llegó a proporciones increíbles.
La historia de estas atrocidades perpetradas por los Jacobinos en las ciudades Girondinas todavía no se ha contado completa. La mayor parte de lo que sabemos se refiere al pandemonio en La Vendée y las regiones vecinas. Aquí, los Republicanos (así como sus valientes colaboradores Girondinos) planearon nada menos que el total exterminio de la población, aún si eso conllevaba la destrucción de “patriotas” y sus familias también – Uno no podía darse el lujo de ponerse selectivo. Un completo “paisaje traidor” con sus habitantes iba a desaparecer de la faz de la tierra. Aquí estamos hablando no sólo del tipo de genocidio practicado por los socialistas internacionales Rusos o de los Nazis Alemanes, estamos hablando sobre la satisfacción de la perversa lujuria sexual, algo emprendido con una minuciosidad diabólica. El revolucionario St. Just declaró (10/oct/1793) que no sólo los traidores sino también los indiferentes tendrían que ser exterminados. Danton había dicho que los aristócratas y los sacerdotes eran culpables porque habían puesto el futuro en cuestión por su misma existencia, y Robespierre quería una Justicia “rápida, estricta y resuelta como resultado de la virtud y la consistencia de los principios democráticos”. Todo esto se concentró en La Vendée, cuyo nombre fue cambiado oficialmente a “Vengée” o “vengada”.
“YA NO EXISTE LA VENDEE”
El General Westermann a la larga reportó al comité de bienestar: “¡¡Ya no hay más Vendée, mis conciudadanos Republicanos! Murió bajo nuestros sables junto con sus mujeres y niños. Nada más los enterré en los pantanos y bosques de Savenay. De acuerdo con sus órdenes, los niños fueron muertos por las patas de nuestros caballos, sus mujeres fueron asesinadas de modo que ya no puedan traer más soldados al mundo. Las calles están atiborradas de cadáveres, en muchos lugares forman pirámides enteras. En Savenay tuvimos que hacer uso de escuadras de fusilamiento masivo pues sus tropas se siguen rindiendo. Nosotros no tomamos prisioneros. Uno tiene que darles el pan de la libertad; sin embargo, la piedad no tiene nada que ver con el espíritu de la revolución”. -Westermann, sin embargo, pronto encontró a su Némesis, fue guillotinado poco tiempo después junto con su amigo Danton.
Le Mans fue el escenario de una brutalidad mucho mayor, las mujeres, los ancianos y los niños que se escondían en sus casas en esta gran ciudad fueron descubiertos y ante los ojos de Barbott y Prieure se les arrancaron sus vestiduras con sables y bayonetas, mujeres y niñas fueron violadas, y cuando ya no hubo suficientes mujeres vivas para los “muchachos de uniforme azul”, fueron violados los cadáveres también. Esta orgía parcialmente necrofílica terminó cuando la turbamulta, acompañada por el regocijo de los soldados del gobierno, ató a los cadáveres en parejas como “baterías nacionales” como lo habían hecho en Arras. En Angers, sin embargo, la turbamulta decapitó a aquellos que ya habían colgado y les ordenaron a los doctores preparar las cabezas para colocarlas en los muros alrededor de la ciudad. Y como los doctores no eran lo suficientemente rápidos, la turbamulta decapitó pronto a otro grupo de prisioneros entre los que se encontraba una santa abadesa de 82 años.
MARCHAS DE LA MUERTE
Otra diversión para los “Azules” que se llamaban a sí mismos las “columnas infernales”(**) era la de asar a las mujeres y niños en los hornos de cocinar. Con el fin de obtener el máximo placer sádico de esta práctica, las víctimas eran colocadas en hornos fríos, que luego calentaban. Un general, que no podía parar esta práctica entre sus tropas - Mergeau Desgraviers – se volvió tan melancólico que le hizo feliz morir en 1796 en la batalla contra los Austriacos. Al General Turreau se le dijo que sus soldados se comportaban peor que los caníbales, sin embargo, el mismo había dado las órdenes de quemar todas las casas (lo que se cumplía). Por donde quiera uno podía ver las “baterías nacionales” hechas de cadáveres humanos. Turreau, el líder de estas Caminatas, como se les llamó a las marchas de la muerte, iba a tener una larga y exitosa carrera. De 1803 a 1811 fue el embajador Francés en los Estados Unidos (donde trabajó en la alianza contra Inglaterra) y después fue inmortalizado sobre la cara oriental del Arco del Triunfo.
Como ya lo hemos señalado, los Girondistas no estaban menos implicados en estas atrocidades que los Jacobinos. Barrére, quien comenzó su carrera como Girondista, declaró que tenia la intención de transformar a La Vendée en un cementerio. Sin embargo, son las unidades, especialmente, las que fueron promovidas en los últimos años de la revolución, las que revelan su absoluto carácter sádico y masoquista. Debido a que los hombres de La Vendée combatieron, la compensación tenía que hacerse con sus mujeres y niños – hasta los más pequeños. (Los Británicos hicieron lo mismo en principio en sus campos de concentración durante las Guerras Bóers en África). En La Vendée, sin embargo, un particularmente popular deporte entre los Azules era lanzar a los niños desde las ventanas y atraparlos con sus bayonetas. Igualmente popular era la práctica de abrir rebanándoles el vientre a las mujeres embarazadas para cortar en rebanadas y pedazos a sus hijos no natos y dejar que las mujeres murieran desangradas. Otras mujeres embarazadas fueron aplastadas bajo las prensas de vino y frutas. No se quedó atrás la práctica de quemar a las víctimas dentro de sus casas y de las iglesias. Esta lujuria de sangre aumentó de manera tan vehemente que el Comandante Grignon dio la orden que a todo aquel que se encontrara fuera muerto inmediatamente, aún si era Republicano. Un muy espantoso caso fué el de una jovencita que fue atada desnuda a dos ramas de un árbol después de ser violada y luego tuvo que sufrir varios intentos de ser rasgada por la mitad. Los Azules no sufrían de falta de imaginación. Al mirar hacia atrás, uno puede ver las dificultades, el sufrimiento sin fin que los profanadores “progresistas” del pueblo, de tumbas y de iglesias habían llevado a toda Europa. (Los interiores de las antiguas iglesias Francesas muestran hasta estos días lo que estos brutos bárbaros han destruido).
¿ALGO POSITIVO?
¿Dejó algo positivo para la posteridad la Revolución Francesa? Sólo el sistema métrico decimal, que fue resultado de la democrática predilección de medir y de contar eternamente. ¿Y qué entonces con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano? Fue un documento puramente antropocéntrico, un producto típicamente declamatorio de la primera Ilustración, que fue concebido en 1789 y finalmente injertado en la constitución de la República Sádica en 1793. En los libros escolares uno lee sobre el período del terror que “El Terror era terrible” Aún con todo eso un buen numero de moderados cayeron bajo la navaja también. Históricamente se lo merecían porque no habían considerado lo que sucedería cuando uno destruye un orden antiguo. Charlotte Corday d’Armont, una entusiasta Girondista, asesinó al sanguinario Marat y fue ejecutada; André de Chenier, el gran poeta lírico liberal, murió en la guillotina, el Marques de Condorcet, jefe ideólogo de los “moderados” se suicidó para escapar de “nuestra querida madre”. Madame Roland de la Plañere, también Girondista, exclamó poco antes de ser guillotinada “Ay, Libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre!”. (Metternich por otro lado comenta ante tal floreciente “fraternidad” que si él hubiera tenido un hermano ahora sólo lo llamaría primo). Especialmente trágico fue el destino de Chretien de Malesherbes, un liberal muy ilustrado, que continuó fiel al rey. Defendió a Luis XVI y tuvo que mirar la decapitación de su hija, su yerno y sus nietos antes de ser guillotinado él mismo para su desesperación.
Uno no debe de olvidar que mucho de lo que hoy nos parece positivo – liberalidad, intelectualidad, humanitarismo – ya nos había sido traído por el absolutismo liberal y cortesano, mientras que la Revolución Francesa utilizó todas estas palabras en realidad no hizo otra cosa que extinguirlos brutalmente. A uno se le recuerda la reacción de Caffinhals, que replicó al alboroto creado por los defensores de Lavoisier (el padre de la Química moderna) al gritar: “Están ustedes condenando a un gran hombre de ciencia a la muerte” diciendo: “La Revolución no necesita hombres de ciencia”. El buen hombre estaba en lo cierto, desde la Revolución Francesa, son sólo las cantidades, las cifras y los números los que tienen algún valor. El discurso de la élite se toleraba a duras penas.
Desde un punto de vista intelectual, la Revolución Francesa fue una conglomeración de un muy desarrollado no-pensamiento e inconsistencias creídas fanáticamente, pero mostró claramente, como muchas otras revoluciones, el verdadero carácter de la gran mayoría del Género Humano.
En la Revolución Francesa, la basura de Francia sucumbió a la lujuria de la sangre y abrió las puertas del infierno. En nuestros días de embrutecimiento electrónico, es una apuesta segura que ahora, 200 años después, esta monstruosidad será el centro de celebraciones orgiásticas. El hombre promedio siempre se aferra desesperadamente a los clichés. Si uno se los quita, él tiene que hacer su propia investigación, su propio pensamiento y decidir y tiene que construir uno nuevo. Uno no puede esperar realmente un tipo de conducta elitista de estos pobres fulanos. Cuando los dioses quieren destruir a alguien, primero los hacen perder la razón.
-----------------------------------Fin de Artículo -----------------------

Notas de Maru
(*) En las biografías del tan "admirado" Jean Jacques Rousseau que enamoró a tantos intelectuales de su tiempo y de nuestra era, él vivió sin casarse con una costurera, que al parecer, lo mantuvo, y al ser padre de cinco niños con esa señora, a cada uno, en su momento lo entregó a orfanatos donde murieron todos a edad muy tierna. De esta ralea son los héroes de la Izquierda Liberal de nuestros días.
(**) Un nombre parecido se utilizó en México cuando el gobierno federal combatía contra los grupos de resistencia Católica en el segundo alzamiento religioso en los años 1926-1929, “La Cristiada”. Se llamaban a sí mismos “las columnas infernales” y “columnas del diablo”.


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miércoles, julio 04, 2007

JULIO 4 DE 1776: LUIS XVI PATROCINADOR DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS




JULIO 4, 1776: LUIS XVI – PATROCINADOR DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS.

Aunque este blog tiene como propósito principal el drama del Rey Niño Luis XVII y las causas y efectos del entorno de la salvajada llamada revolucion francesa, estamos incluyendo este dia, este comentario para ilustrar la grandeza de su padre el Rey Luis XVI, que fue asesinado cobardemente por el grupo de acelerados que se apoderaron de Francia por unos años.
Es necesario que se clarifiquen los hechos como fueron sobre las vidas y actos tanto del Rey Luis XVI un hombre bueno, considerado e inteligente, y de su esposa, la Reina María Antonieta, una mujer muy humana con defectos y virtudes, pero de ningún modo la vampiresa que los revolucionarios irracionales y misóginos pintaron ante los que no bien informados.
Por ser hoy el aniversario de la Independencia de los Estados Unidos traemos de forma breve, diria, brevisima, la enorme y grandiosa aportación del Rey Luis XVI (22 años de edad en ese entonces) a favor de la causa de Estados Unidos y que es poco conocida:

El 19 de abril de 1775 se escucharon los primeros tiros de la Guerra de Revolucion en Lexington, Massachussets contra la Gran Bretaña, armándose así el Ejercito Continental formado por voluntarios: agricultores, artesanos.
El 28 de noviembre de 1775, el Ejercito Continental decide que es hora de solicitar la ayuda de paises extranjeros.
El 2 de mayo de 1776, el Rey Luis XVI envia abastecimientos y municiones con un valor de UN MILLON DE DOLARES.
En julio 27 de 1777, hace su arribo a tierras americanas el Marques de Lafayette, de apenas 19 años de edad y toma el cargo de General del Ejercito Continental.
En febrero 16 de 1778, Francia declara la guerra a la Gran Bretaña cumpliendo su palabra de darle todo el apoyo necesario para que Estados Unidos obtenga su independencia.
La guerra de apoyo irrestricto de parte del Rey Luis XVI contra Gran Bretaña se libró en gran parte del planeta desde la Bahia de Hudson hasta el Océano Indico.En julio 11 de 1780 llega el Conde de Rochambeau al mando de 6,000 tropas Francesas a Newport, Rhode Island.
En agosto 14 de 1781, 3,000 soldados Franceses bajo el mando del Almirante Count de Gras en 29 barcos se dirigen hacia la Bahia de Cheaspeake y en coordinación con George Washington, desplaza tropas hacia Virginia para destruir la posición Británica en Yorktown ahí se une a las tropas Estadounidenses bajo el mando del Marqués de Lafayette para cercar a Cornwallis.
En septiembre 5 al 8 de 1781, la Flota Francesa lleva a cabo un bloqueo que atrapa al General Cornwallis en Yorktown y no le permite escapar al mar abierto.
Del 14 al 24 de septiembre de 1781, los barcos Franceses son enviados al norte para transportar al Ejercito Continental de George Washington hacia Yorktown.
El sitio de Yorktown comienza el 28 de septiembre de 1781, mientras George Washington rodea la ciudad con 7,000 tropas, las fuerzas navales Francesas bombardean al ejercito de Cornwallis con fuego continuo.
El 19 de octubre de 1781 el General Cornwallis se rinde formalmente en Yorktown y la guerra virtualmente termina.
Enero 20 de 1783, Inglaterra firma la paz con Francia y España.
El 3 de septiembre de 1783, Estados Unidos y Gran Bretaña firman el Tratado de París que da fin oficialmente a la guerra y Estados Unidos obtiene su independencia.

El papel de la Armada Real Francesa en el éxito de la Revolucion Estadounidense no se reconoce abiertamente en la historia de ese pais. Sin embargo es difícil ver como pudo haberse ganado esa guerra contra un gobierno que era la primera potencia naval de ese tiempo (Gran Bretaña).
Aun con todo el esfuerzo de George Washington y demas patriotas mientras Gran Bretaña pudiera tener el control de los puertos para apoyar a su ejército, los rebeldes Estadounidenses no podrían lograr mucho.
La victoria de la Armada Francesa en la Segunda Batalla de los Cabos de Virginia (Virginia Capes) en septiembre de 1781 fue “la piedra angular” de la Campaña de Yorktwon y da un dramático testimonio de la contribución Naval Francesa a la causa Estadounidenses en el teatro de operaciones.
Francia se enfrascó en una guerra global contra la Gran Bretaña en ayuda a la causa Estadounidense que abarcaba desde la Bahia de Hudson hasta el Océano Indico, desde la costa norte de America del Sur y la costa occidental de Africa. En un momento dado, la misma Francia tuvo que acudir a solicitar la ayuda de la Armada Española extendiendo asi la guerra. De igual modo, Francia sostuvo con su poderío naval una dinámica ofensiva en la Bahia de Bengala, en el Mediterráneo y en el Caribe mientras se negociaban los tratados de paz.La enorme importancia de la participación naval Francesa en la Guerra de Independencia estadounidenses puede estar oculta para aquellos que se fian solo de las fuentes históricas Anglófilas.

HONROSAS MENCIONES DE LOS JEFES NAVALES DE LA REAL ARMADA FRANCESA
FRANCOIS JOSEPH PAUL, CONDE DE GRAS.- El más famoso de los jefes navales, fue el vencedor en la Seguna Batalla de Virginia Capes en 1781, con sus 24 naves derrotó a los 19 barcos Británicos aislándolos de las fuerzas de Cornwallis.

CHARLES HENRI JEAN BAPTISTE, CONDE D’ESTAING

PIERRE-ANDRÉ DE SUFREN SAINT-TROPEZ, llamado Bailli de Sufren.- Almirante

JEAN GUILLAUME TOUSSAINT, CONDE DE LA MOTTE-PICQUETE DE LA VINOYERE

CHARLES LOUIS D’ARSAC, CHEVALIER DE TERNAY

CHARLES-RENE-DOMINIQUE SOCHET, CHEVALIER DES TOUCHES

JACQUES-MELCHIOR (SAINT LAURENT) CONDE DE BARRAS

LOUIS PHILIPPE RIGAUD MARQUES DE VAUDREUIL

LUC URBAIN CONDE DE GUICHEN

FRANCOIS-AYMAR, BARON DE MONTEIL

LOUIS ANTOINE DE BOUGAINVILLE

JEAN FRANCOIS DE GALAUP, CONDE DE LA PEROUSE

En cuanto a los militares pertenecientes al Ejército, nombraremos a los siguientes:


MARIE JOSEPH PAUL YVES ROCHE GILBERT DU MOTIER, MAS CONOCIDO COMO EL MARQUES DE LAFAYETTE.
LOUIS LEBEQUE DEPRESLE DUPORTAIL.- GENERAL CHEVALIER

FRANCOISE-LOUIS TEISSEDRE DE FLEURY

ARMAND CHARLES LA ROUERIE, MARQUES DE TUFFIN

DENIS-JEAN FLORIMOND DE LANGLOIS, MARQUES DE BOUCHET

JEAN JOSEPH SOURBADER DE GIMAT

JEAN BAPTISTE GOUVION

JEAN BAPTISTE JOSEPH, CHEVALIER DE LAUMOY

THOMAS CONWAY (FRANCO-IRLANDES)

PHILIPPE CHARLES JEAN BAPTISTE TRONSON DE COUDRAY

PIERRE FRANCOIS VERNIER

GILLES JEAN MARIE ROLLAND BARAZER DE KERMOVAN

MICHAL CAPITAINE DU CHESNOY

PIERRE COLOMB

CHARLES FRANCOISE, CHEVALIER DU BUYSSON DES AIX

PIERRE ETIENNE DU PONCEAU

PIERRE LANDAIS

THOMAS ANTOINE, CHEVALIER DE MAUDIT DU PLESSIS

CHARLES ALBERT DE MORE DE PONTGIBAUD

PHILIPPE HUBERT, CHEVALIER DE PREUDHOMME DE BORRE

LOUIS DES HAYES DE LA RADIERE

PIERRE CHARLES L’ENFANT

JEAN (BARON) DE KALB (BAVARO)

JEAN LOUIS AMBROISE DE GENTON, CHEVALIER DE VILLEFRANCHE

FRANCOIS-JEAN DE BEAUVOIR, CHEVALIER DE CHASTELLUX

AXEL VON FERSEN (SUECO).- *

Entre muchos otro más, no menos importantes.



Este es el reconocimiento que a más de 227 años les hacemo a estos héroes Franceses encabezados por el Rey Mártir LUIS XVI.
¡¡ VIVE LE ROI !!



(*) Más adelante trataremos con detalles la relacion del Conde Axel Von Fersen con la Familia Real Francesa.

Deseamos agregar el comentario de que el cineasta Estadounidense-Australiano Mel Gibson, aunque de forma muy breve pero respetuosa y formidable hace un homenaje a la Armada Francesa, lamentablemente no menciona al Rey Luis 16, en las últimas escenas de su excelente film "El Patriota".-

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martes, julio 03, 2007

Julio 3 de 1793: Separacion de Luis XVII y Maria Antonieta


Después del arresto en Varennes en junio de 1791 por el intento de fuga del Rey Luis XVI y su familia, quedaron prisioneros del gobierno de los acelerados en el Palacio de las Tullerías.
Más tarde, el 13 de agosto de 1792 fueron internados en la fortaleza del Temple, pero aún juntos y acompañados por los más fieles servidores.
El 3 de julio de 1793, es decir, casi seis meses después del asesinato del Rey Luis XVI, muy al modo bárbaro y cruel de los sanguinarios revolucionarios, se presentaron unos comisarios con unos guardias armados en la celda donde dormía la Reina Maria Antonieta junto con su cuñada Madame Elisabeth, Madame Royal y el ya Rey Luis XVII.
Por supuesto que no era una visita de cortesía, sino que con lujo de crueldad llegaron de manera violenta y escandalosa para arrebatar al niño del lado de su madre.
Maria Antonieta presentó dura batalla física, tratando de evitar que se llevaran al niño. La denodada y brava defensa de una madre abatida por el dolor y la desesperanza duró casi una hora y media.
Entonces, los comisarios ordenaron a los guardias apuntar con sus armas a Maria Teresa Carlota, es decir, Madame Royal de 15 años de edad, mientras le decian a la Reina que si no soltaba a Luis Carlos, entonces matarían a la princesa.
Ahí fue cuando la infortunada María Antonieta dejó de luchar para caer de rodillas y casi besarles los pies, suplicándoles por lo que mas quisieran ellos en el mundo, no la separaran de su hijo.
No es necesario comentar el terror de un niño de 8 años, que dormía plácidamente cerca de su madre, que era el único consuelo en ese momento después del enorme dolor de haber perdido a su padre, ser tratados como los peores delincuentes y ser objeto de insultos, maltratos y humillaciones.
Ante esa situación, la Reina, no tuvo más remedio que claudicar y aceptar las órdenes de esos bárbaros y ella misma vistió a Luis Carlos y lo entregó con enorme dolor y congoja a esa chusma sin Dios, sin decencia y sin un solo ápice de rastro humano en su conducta.
¡Qué angustia y qué dolor!
Pero, en realidad, esa era la misión de los revolucionarios, despedazar, destruir, causar dolor de un modo más que calculado.
El 3 de julio de 1793, la Reina Maria Antonieta y su hijo Luis Carlos de 8 años, se dieron el último abrazo y beso de su vida.
Ella se despidió de él recordándole las palabras de su padre: “De llegar a reinar, no tomar nunca venganza de los asesinos de su padre”.
El niño no volvió a ver jamás a su madre.
Ese mismo día, los acelerados, entregaron al niño a un zapatero remendón de nombre Antoine Simón y a su esposa, fervientes revolucionarios para que lo educaran al mas puro estilo “Republicano”, es decir, convertirlo en todo un patán, y mas que nada borrar todo vestigio de su memoria de su rango y su estirpe.
El zapatero y su esposa se dieron vuelo inculcándole todo el odio posible contra su sangre, la Iglesia y la monarquía. Lo emborrachaban y lo hacian gritar consignas contra Dios y contra su misma madre, la Reina.
Ya embriagado lo obligaban a bailar zapateados sobre la bandera de San Luis Rey. Le enseñaron pornografia.
El niño, al principio se negó y mostró tener una gran inteligencia y don de mando, pues les exigió una vez que le mostraran una ley que dijera que ellos podian tenerlo preso. Pero, los malos tratos, los insultos y los golpes doblaron su voluntad al cabo del tiempo.
En varias ocasiones, el niño fue sorprendido rezando antes de irse a dormir y el zapatero lo agarraba a golpes y patadas. Cuando ya lo tenia en el piso, el zapatero le preguntaba: ¿Si fueras rey en este momento, que me harias? Y el niño respondia: “Te perdonaba”.- Fiel a su educación Católica. Esto ponía mas furioso al zapatero que buscaba envilecer el alma de ese niño inocente y noble.
La Reina que quedó en la misma prisión del Temple todavía un mes más, podia verlo unicamente unos segundos a través de una rendija. Duraba horas, con la esperanza de verlo pasar. Una vez, ella se desmayó cuando vió que iba Luis Carlos portando el gorro revolucionario adornado con la cocada tricolor, con su cabecita baja, detrás del burlesco zapatero y cantando con voz llorosa, el himno de La Marsellesa y la Carmañola.

Se sabe que por la noche, estando ya acostado el zapatero y su esposa, el hombre llamaba a gritos al niño, que dormía en el piso, y Luis Carlos que sabia lo que le esperaba pero no podía evitarlo, se acercaba diciendo con mucho miedo: "Dígame Ciudadano Simón ¿Que se le ofrece?", despues de lo cual el zapatero sin voltear a verlo, con su mano le tomaba su cara a Luis Carlos para empujarlo con violencia al piso al tiempo que le respondia: "Sólo quería saber si estabas bien" acompañado de sonoras carcajadas.
Madame Royale cuenta como lo oía llorar y cantar los himnos revolucionarios con un gran dolor. (Odio La Marsellesa!).
Por supuesto, que el zapatero y su esposa -para servir a su amigo y protector, el multi-asesino cuyo nombre no quiero incluir en este blog pero que todos ustedes conocen y su apellido comienza con R - se internaron voluntariamente en la prision del Temple con Luis Carlos, se dieron vuelo “educando” como patán al heredero de la Monarquía Francesa, a quien obligaban, como viles cobardes que eran, a hacer la limpieza y servirlos para presumir que tenían a su servicio al Rey de Francia, quien estaba reconocido como tal por todas las potencias extranjeras de ese tiempo y lo reclamaban al gobierno de los acelerados.



Las potencias mundiales se cansaron de cabildear la entrega de la familia Real, entre ellos Estados Unidos quien le debe al Rey Luis XVI su independencia.
Estados Unidos pedía a la Familia Real y sobre todo al niño para darles refugio político bajo la promesa de que no volverían nunca a Francia con tal de que les respetaran su vida.
Pero, como lo hemos visto, la consigna de esa salvajada, era la destrucción, el asesinato, el baño de sangre y un huérfano de 8 años, era la presa ideal. ¿Quién iba a detenerlos? Si eso le podian hacer a un REY legítimo, ¿Qué no iban a hacerle al pueblo? Tal como lo probaron una y otra vez Bretagne y en La Vendeé.
El Rey Luis XVII fue en verdad un Rey coronado de espinas. Un mártir Católico. Un mártir político, social y una víctima de los abusadores de niños indefensos. Y hay quien celebra orgullosamente esos actos infames.



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-Última imagen (perfil) del Rey en vida y en prisión ¡Qué personalidad tan fuerte irradiando autoridad y majestad!-

Attention English-Speaking visitors: This blog is entirely in Spanish as there is scarce, almost inexistent, information on this tragic real-life event in the Hispanic America: Legacy of the revolutionary governments that sprang up in so many countries in the Americas, inspired in the shameful and ominous French Revolution.-/////////////////////////////////// Tenemos que mencionar que nos llena enormemente de orgullo y nos honra al máximo recibir la visita de todas las universidades del mundo incluyendo las mas antiguas y de tantos y tantos eruditos y conocedores de estos acontecimientos. Ojala que muchos universitarios no se limiten a leer solamente una página, el blog entero es de ustedes.- Gracias